Nos gustan las recetas que «cuentan algo» que tienen «tradición» y, hoy, le toca el turno a la Borona Preñada, tradición gastronómica del oriente asturiano para el Domingo de Pascua.
Requiere ganas de comer, buen estomago y pasión por el compango y el maiz.
La borona no se parece a nada, solo a si misma, y realmente, es un pan de maiz relleno de productos del cerdo: morcilla, chorizo, tocino, panceta y en algunas recetas también hay costilla.
Antiguamente, se trataba de toda una fiesta gastronómica después del ayuno y abstinencia de la Cuaresma. Hay que recordar que el pan de maiz se hacía normalmente pero, relleno y con este relleno, ¡solo para Pascua!
Cuando preguntas que se recuerda de la borona preñada, toda la memoria se llena de olores y de las charlas de las madres que pasaban, practicamente, toda la noche atizando y recubriendo de brasas los boroños que, cubiertos de hojas de castaño, cocían lentamente. Al día siguiente, Domingo de Pascua, se presentaba en la comida como plato principal, solo seguido por un buen postre.
Algunos dicen que no es muy díficil de preparar, que la paciencia, junto con un compango de primera, es uno de los ingredientes principales además de la harina de maiz.
Hemos oido también que el mejor molde es ¡una lata de membrillo! de aquellas de antes, que la mejor bebida para acompañarla es la sidra, aunque también hay quien la toma con ¡leche!, que no es una comida de mantel, que es de «prao»…
Sea como sea nos gusta por tradicional, por llevar productos del cerdo, porque imaginamos a personas alrededor de la lumbre cuidándola para que esté deliciosa y porque representa una fiesta.
¿Nos contáis como la hacéis vosotr@s? Ya sabéis que el chorizo, morcilla, tocino …. ¡todo de La Braña!
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